Cada año, las personas ingieren sin saberlo más de 50,000 partículas de plástico. Están en el agua que bebemos, en los alimentos que consumimos y flotan invisibles en el aire que respiramos. En este contexto, el Día Mundial del Medio Ambiente 2025, que se conmemora cada 5 de junio, pone el foco en un problema que ya no se puede ignorar: la contaminación por plásticos.

Se calcula que al menos 11 millones de toneladas de desechos plásticos llegan anualmente a cuerpos de agua, una cifra equivalente al peso de más de 1,000 Torres Eiffel. Los microplásticos (fragmentos menores de 5 mm) ya han sido detectados en entornos árticos, cordilleras, alimentos procesados e incluso en placentas humanas.

Diversos estudios muestran que entre 60% y 90% de los residuos en playas mexicanas son plásticos. A eso se suma un consumo per cápita de 66 kg de plástico por habitante al año, con una generación de residuos plásticos cercana a los 59 kg. Este tipo de contaminación no solo afecta la biodiversidad, sino que compromete la salud humana y la economía de sectores clave como el turismo, la pesca o la agricultura.

Se calcula que en 2021, México generó alrededor de 3.4 millones de toneladas de residuos plásticos. De esa cantidad, más del 70% correspondía a envases con potencial para ser reciclados, reutilizados o compostados. Sin embargo, únicamente el 6% del plástico producido en el país es efectivamente reutilizado, lo que evidencia un problema en su manejo y disposición final.

Frente a esta emergencia ambiental, la firma Tork, parte del portafolio de Essity, líder en higiene profesional, impulsa un cambio en las prácticas de higiene fuera del hogar y promueve iniciativas de sostenibilidad con una producción más sostenible, sustituyendo plásticos en los embalajes de sus productos por alternativas reciclables y circulares.