Según datos del INEGI, en México más de 1 millón 300 mil personas, de entre 5 y 29 años, presentan alguna condición de discapacidad, lo que representa más del 15% del total de la población con discapacidad. Este panorama subraya la urgencia de implementar herramientas educativas inclusivas que respondan a sus necesidades específicas.
Por si fuera poco, de acuerdo con la organización Mexicanos Primero, menos de tres de cada diez escuelas, desde preescolar hasta nivel medio superior, disponen de instalaciones adaptadas para estudiantes con discapacidad, ya sea de forma temporal o permanente.
Para responder a esta necesidad, la tecnología se propone como una alternativa poderosa en la educación inclusiva.
Un estudio de la Universidad Autónoma del Estado de México demuestra que herramientas tecnológicas como la realidad aumentada, aplicada en la educación de personas con discapacidad, potencia distintas habilidades según la etapa escolar. Estos hallazgos refuerzan el valor de la innovación digital como un recurso accesible, efectivo y adaptable para fortalecer habilidades en estudiantes con necesidades educativas especiales, tales como las comunicativas.
“Hoy la tecnología se convierte en un puente que conecta la innovación con la inclusión, permitiendo que cada estudiante aprenda de acuerdo con sus habilidades y ritmos de aprendizaje. Desde la perspectiva del Diseño Universal para el Aprendizaje, cuando las herramientas digitales ofrecen múltiples medios de representación, acción y compromiso, el conocimiento se vuelve verdaderamente accesible y significativo para todos”, señaló Valentina Alvear Obregón, Gestora de Innovación y Tecnologías Educativas en Caligrafix.
En México ya existen editoriales que en sus materiales incorporan enfoques tecnológicos y multisensoriales para favorecer la educación inclusiva. Por ejemplo, la línea Jugando con los sonidos de Caligrafix, busca facilitar el acceso a experiencias que fortalezcan el desarrollo del lenguaje, especialmente en niños con necesidades educativas especiales. Al combinar estímulos visuales, auditivos y kinestésicos, estos recursos promueven una formación más significativa y adaptable a distintos estilos de aprendizaje.
Este tipo de recursos se han demostrado también valiosos para los docentes. La revista Retos XXI respalda la idea de que estas herramientas pueden ser clave para que los educadores desarrollen un currículo más inclusivo y se adapten mejor a las necesidades de cada estudiante, avanzando hacia una educación más equitativa.
Además, el enfoque digital abre oportunidades para la educación intercultural y multicultural. Al proyectar objetos y escenarios de otras culturas directamente en el aula, los estudiantes pueden interactuar de forma inmersiva con diferentes tradiciones, despertando su curiosidad y fortaleciendo la empatía y el respeto, lo que convierte la educación en una experiencia global y enriquecedora.
«Al integrar experiencias digitales y multisensoriales en las actividades en papel, se crea una rampa digital que amplía las oportunidades de aprendizaje. Cada recurso puede adaptarse, combinarse y personalizarse para que el aprendizaje sea flexible, significativo y emocionalmente enriquecedor para todos los estudiantes”, finalizó la especialista.

