Las infecciones respiratorias continúan siendo un factor relevante para la salud auditiva, ya que la acumulación de mucosidad y la inflamación en las vías respiratorias superiores pueden alterar el funcionamiento del oído. MED-EL, líder en soluciones auditivas, indica que padecimientos comunes como la gripe o los resfriados generan secreciones que inflaman la cavidad nasal, la faringe y la entrada de la trompa de Eustaquio, dificultando la ventilación del oído medio. Esto puede ocasionar desde molestias pasajeras hasta pérdidas auditivas temporales o, en casos más graves, permanentes.

La Dra. Dulce María García Jacuinde, médico audióloga y especialista en soporte clínico de MED-EL México, señala que “un resfriado común puede derivar en problemas auditivos. Cuando se acumula moco, aumenta el riesgo de desarrollar otitis catarral. Esta condición puede empeorar si la persona se suena la nariz con demasiada fuerza, ya que esto facilita el paso de virus y bacterias hacia la cavidad timpánica. La inflamación resultante puede obstruir total o parcialmente la trompa de Eustaquio, provocando la sensación de oído tapado y afectando la capacidad auditiva. Este mecanismo explica por qué algunas personas experimentan cambios en su audición después de un resfriado o una gripe”.

De acuerdo con la Secretaría de Salud, niñas, niños y adolescentes en edad escolar están especialmente expuestos a infecciones respiratorias como gripe, influenza, tos y COVID-19, además de enfermedades como parotiditis. Estas afecciones no solo representan un riesgo para la audición, también pueden impactar su desempeño académico, social y emocional.

Sabemos que los resfriados y otras infecciones respiratorias son parte de la vida cotidiana, especialmente en temporada de frío, pero también es cierto que pueden llegar a afectar el oído más de lo que imaginamos. “Si una persona nota molestias como oído tapado, zumbido, dolor persistente o dificultad para escuchar, es recomendable buscar una valoración profesional. Detectar estos cambios a tiempo permite actuar antes de que el problema avance y asegurar un tratamiento adecuado”, afirma la Dra. García.

Estas son algunas de las principales causas de sordera asociada a infecciones, así como las soluciones que pueden utilizarse una vez que son detectadas por un profesional de la salud auditiva:

Infecciones crónicas: pueden dañar el tímpano o los huesecillos, generando pérdida auditiva permanente. En este tipo de afección es posible utilizar un dispositivo de conducción ósea no implantable, una prótesis pasiva o un implante de conducción ósea.

Infecciones respiratorias y alergias: provocan obstrucción de la trompa de Eustaquio y retención de líquidos en el oído medio. En este tipo de afección puede recomendarse el uso de un dispositivo de conducción ósea no implantable mientras se resuelve la condición médica.

Otitis media: la acumulación de líquido genera pérdida auditiva temporal. En este tipo de afección se sugiere utilizar un dispositivo de conducción ósea no implantable o un implante de conducción ósea para atender la pérdida asociada.

Otitis externa: la humedad atrapada en el conducto auditivo favorece infecciones que inflaman la zona y dificultan la transmisión del sonido. En este tipo de afección, el paciente tiene la posibilidad de utilizar un dispositivo de conducción ósea no implantable mientras se resuelve la condición médica.

Una evaluación temprana mejora significativamente la calidad de vida de quienes presentan pérdida auditiva. Tras un diagnóstico preciso, existen soluciones como audífonos o implantes cocleares —incluidos dispositivos de origen austriaco— que permiten recuperar la audición con tecnología avanzada. Estas herramientas, acompañadas de seguimiento profesional y terapias de rehabilitación, fortalecen la comunicación y la autonomía del paciente.

Dado que las infecciones respiratorias son frecuentes y sus efectos en el oído pueden pasar desapercibidos, acudir a revisión ante los primeros síntomas es una medida sencilla y efectiva para proteger la audición. La detección oportuna sigue siendo esencial para cuidar este sentido y promover el bienestar a largo plazo.